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Arte en hueso (Sedlec, República Checa)

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Como no todo va a ser gestión funeraria, en este blog viajero y curioso que es el de Gesmemori os proponíamos hace unas semanas visitar uno de los lugares más fascinantes –y más escalofriantes- de Portugal, la Capela dos Ossos de la iglesia de San Francisco, en Évora. En esta ciudad Patrimonio Mundial el aviso en la entrada de la capilla es claro: “Os nossos ossos esperam pelos vossos”, aludiendo a la fugacidad de la vida. En esta ocasión os hablaremos de otros huesos artísticos que encierran un mensaje similar. Son los de la iglesia de Sedlec, cerca de la ciudad de Kutná Hora, en la República Checa, donde reposan –o más bien habría que decir lucen- miles de osamentas que recubren totalmente el interior de la iglesia.

Kutná Hora, a ochenta kilómetros de Praga, es una de las excursiones habituales en cualquier viaje a la República Checa. La ciudad es también Patrimonio de la Humanidad desde 1995 por el buen estado de conservación de su casco histórico, con dos catedrales y edificios que rivalizan en belleza con la misma Praga. Tal fastuosidad se la proporcionaban las minas de plata que la convirtieron en la segunda urbe más notable de Bohemia. 

La localidad creció en torno a la Abadía de Sedlec, fundada en 1142. Cuenta la leyenda que en 1278 el abad del monasterio cisterciense viajó a Tierra Santa y, a su regreso, esparció por el cementerio un puñado de arena del Gólgota. El camposanto se convirtió en un lugar deseado para los entierros; tanto, que llegó a albergar los huesos –algunas cifras hablan de 40.000- de miles de fallecidos, aunque de forma caótica y sin concierto. Cuando en 1870 se decidió restaurar la iglesia y el osario se pensó también en crear algo hermoso a partir del caótico montón de huesos.

El tallador local Francis Rint blanqueó los esqueletos y les dio formas como si de madera se tratasen. Hay cálices y cruces a partir de caderas y fémures, velas sobre cráneos blancos y relucientes e incluso un árbol genealógico y escudo de la familia aristocrática que financió la iniciativa, los Schwarzenberg.

Todo impresiona: las cenefas de los techos, los candelabros, las paredes… y la gran araña que cuelga en lo alto, de la que dicen está compuesta por todos los huesos del cuerpo humano, sin faltar ninguno. Todo a partir de un minucioso trabajo en que calaveras y otras partes de los esqueletos han servido para alzar este monumento impactante que, sin duda, no deja indiferente. Pese a su aura tétrica, el osario de Sedlecse ha convertido en el segundo destino más visitado de la República Checa, con turistas que llegan a diario tras un viaje en tren de una hora desde Praga.

En Chequia también está el Osario de Brno, con huesos de unos 50.000 humanos; Polonia cuenta con la capilla de cráneos Kaplica Czaszek; Portugal tiene varias Capelas dos Ossos; en España también existen y las catacumbas de París son conocidas por albergar numerosos restos humanos. En cualquier caso, lugares trascendentales que invitan a hacerse preguntas, por aquello del memento mori. Y que desde Gesmemori os invitamos a conocer.

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