Paseos en cuerpo y alma (Los torajas de Indonesia)

Indonesia es un país insular del Sudeste Asiático que se encuentra en mitad del ecuador entre el Océano Índico y el Pacífico. Más de diez mil islas conforman el archipiélago, de las que 8.844 tienen nombre y 922 están habitadas. Las más conocidas son Papúa Nueva Guinea, Sumatra o Java. Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo, con más de 255 millones de personas en el que conviven numerosas etnias, una de ellas la que en este blog de Gesmemori nos ocupa, los toraja y su curioso ritual.


Son una de las etnias más asombrosas e intactas de Asia, con sus ancestrales costumbres y misteriosos rituales funerarios, que aquí vamos a desvelar. Viven en su mayoría en la isla de Sulawesi, al oeste de Bali, y cuenta la leyenda que embarcaron desde Indochina rumbo al sur. Luego pasaron por las costas de Malasia y se adentraron en Sumatra. Se calcula que hacia 1928 concibieron la idea de llegar a la costa este de Sulawesi navegando en rústicas barcazas. Después desmontaron sus barcos y llevaron sus maderas tierra adentro, hasta las tierras más fértiles, para más tarde convertir las maderas de sus embarcaciones en su nuevo hogar.


Para cada uno de los que habitan en el país Toraja el momento más importante de su vida suele ser la propia muerte, ya que se considera una celebración o un agasajo que se les realiza a sus dioses con la intención de que sus antepasados cuiden de ellos el resto de sus vidas.


Para obsequiar a los dioses hay que tener recursos en forma de búfalos y cerdos, animales que se sacrifican durante el ritual. Además, hay que esperar a que el resto de los familiares lleguen a la aldea. Pueden pasar meses e incluso años hasta que esto ocurra –reunir búfalos y parientes- y durante todo este tiempo el cadáver dormirá en su propia casa, e incluso siempre habrá un plato de comida para él. A los muertos los tratan sencillamente como enfermos, y se ocupan de ellos todo el día. Actualmente los conservan en formol hasta que llegue el gran día, pero hasta no hace mucho –en algunas tribus todavía se hace- cubren al “doliente” con hojas de plantas y ungüentos tradicionales para evitar la descomposición.


Cuando se reúnen los “fondos” necesarios –búfalos, cerdos, tabaco…- para realizar la despedida en la tierra comienza la ceremonia, con bailes tradicionales acompañados de comida. Tardan como mínimo dos meses en engalanar la aldea y construir casas provisionales para los invitados que llegan de lejos. Un funeral Toraja dura al menos cuatro días y todos los invitados tienen que estar cómodos.


Cuando por fin llega el momento del entierro, los cuerpos suelen ser colocados en cuevas excavadas en las partes rocosas en las montañas, mientras que otros se meten en ataúdes y se cuelgan de los acantilados. No todo acaba aquí porque en este rincón del mundo cuando llega el verano, según a la familia que le toque, se exhuman los familiares y se lavan, se peinan y se visten con trajes nuevos. Después de esto los llevan por el pueblo de paseo. No hay que esperar a ir al más allá para ver a los antepasados. Ellos vienen y celebran con toda la familia el Ma´Nene, como así se llama esta celebración de cuerpo y alma.

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